La Navidad empezó mucho antes que la creación del hombre.
Siglos atrás en la eternidad, antes de la creación del cielo y la tierra, antes de la formación del sol y las estrellas.
La Navidad empezó en el corazón de Dios.
Sabiendo que el hombre que iba a
crear perfecto caería en pecado y que iba a rebelarse contra su Creador, Dios propuso en Su gran corazón de amor
enviar a Su Hijo a la tierra para redimirnos.
Hablando de la venida de
Jesucristo, la Palabra de Dios dice que “el
Cordero fue inmolado desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13:8).
También la Biblia nos habla de “la esperanza de la vida eterna, la cual Dios
prometió desde antes que el mundo existiera”.
Hace 2000 años el Hijo de Dios
miró alrededor del cielo: el cielo, donde no existe la muerte, donde la enfermedad y la angustia no se
conocen y la hermosura nunca pierde su color.
Jesús miró alrededor del cielo,
aquel lugar perfecto: donde la escarcha no enfría el ambiente y donde no hay lugar para la oscuridad.
El cielo, donde no existe ni el
pecado ni la tentación, donde todo es
alegría, todo es paz y
amor.
Entonces miró hacia abajo: a un
mundo oscuro, un mundo esclavizado por
el pecado y el diablo.
Vio un mundo enfermo, un mundo
frío, un mundo angustiado.
Un mundo contaminado por la
incredulidad y la maldad.
Vio un mundo donde “a lo malo
dicen bueno, y a lo bueno malo” (Isaías 5:20); un mundo perverso y corrupto.
Se levantó del trono, se despidió de Su Padre y de los ángeles.
Descendió a nuestro mundo: del
trono celestial a un pesebre; de las
riquezas infinitas a la pobreza más extrema;
de la majestuosidad a la miseria.
El infinito se cambió en infante.
Aquel que sostiene todas las
cosas con la Palabra de Su poder, fue sostenido en los brazos de una humilde
virgen.
Aquel que colocó las estrellas,
el sol y la luna en el vasto espacio, puso a un lado las ropas reales para
identificarse con la humanidad caída.
Toda puerta se cerró delante del
Rey de la Gloria,
salvo la puerta de un establo.
Su primera noche en la tierra la
pasó en una cama de paja porque “no había lugar en el mesón”.
¿Cuántos de nosotros elegimos
donde nacer?
El único hombre con la capacidad
de escoger donde nacer, escogió un
establo.
Jesús vino para encargarse de
aquello que arruina las vidas y rompe los corazones, de aquello que roba el destino y llena el
infierno.
Aquel que habita la eternidad
vino para habitar el tiempo y salvarnos
de nuestros pecados.
Dios el Hijo eterno hizo Su
morada entre nosotros para que nosotros hiciéramos nuestra morada con El.
Se hizo Hijo de Hombre para
hacernos Hijos de Dios.
Para darnos vida El fue a la
muerte.
Pero Jesucristo resucitó. Resucitó en poder, resucitó en gloria “según el poder de una
vida indestructible”.
Y a nosotros, estando muertos en pecado, nos resucitó
y “nos dio vida juntamente con El”.
“Dios anuló la deuda que había
en contra nuestra, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”.
“Y despojando a los
principados y potestades los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la
cruz” (Col.2:13-15).
Desde Centro Cristiano de Castellón queremos decirte que Jesús ofrece vida eterna a todo aquel que se
arrepiente y cree.
Para El no había lugar en el
mesón; estaba demasiado lleno, demasiado ocupado.
El hombre no ha cambiado; sigue igual de pecaminoso e incrédulo.
El hombre no tiene tiempo para
Dios; está demasiado ocupado en otras
cosas.
Se deja llevar por las
distracciones que ofrece el mundo.
Se llena de cosas que no duran; cosas, que a la luz de la eternidad no valen
nada.
Como dice Dios: “me dejaron a
mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas
que no retienen agua” (Jeremías
2:13).
No deja de asombrarme ver como
personas que han gustado el agua viva y conocen al Señor, luego se alejan de El.
Se quedan vacíos, con sed
y con hambre.
Al darle la espalda al Señor, se
quedan sin nada.
¿Qué hacen? Pues, “cavan para sí cisternas, cisternas rotas
que no retienen agua”.
Buscan llenar el vacío con cosas
vanas. Buscan saciar la sed con aquello
que no satisface.
Por mucho que intentes llenar una
cisterna rota, nunca se llenará.
La bebida, el amor al dinero, el tabaco,
la inmoralidad sexual, la droga.
Son cisternas rotas.
¡VUELVE A CRISTO! ¡VUELVE A LA FUENTE!
Jesús dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”.
¿Te acuerdas del Hijo
Pródigo? Se fue de casa en busca de
placer y satisfacción.
Pero no encontró lo que buscaba
hasta arrepentirse y volver a casa.
En estas fiestas no permitas que
los amigos, el consumismo y las comilonas ocupen el lugar que pertenece al
Señor Jesucristo.
En estas fechas se dan y se
reciben muchos regalos.
Escucha: “el regalo de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
¿Has recibido este regalo? Si es así, puedes celebrar el significado
verdadero de la navidad, puedes decir, “Para
mí el vivir es Cristo.”
Si no, te invito a decir con la canción “ven a mi
corazón oh Cristo, pues en el hay lugar para ti”.
Quizás estás frío
espiritualmente, enfermo o necesitado.
También debes decir, “ven a mi
corazón oh Cristo, pues en el hay lugar para ti”.
Esta puede ser la navidad más
feliz de tu vida.
Desde Centro
Cristiano de Castellón, queremos decirte que ha llegado la hora de poner tu fe y confianza
en Jesucristo para tu salvación eterna.
Ha llegado la hora de la decisión.
La hora que puede cambiar tu destino para siempre.
Dios te
ama, Dios te habla, Dios te llama. Tú tienes que tomar la decisión. Te insto a que no le des la espalda a
Dios. Responde a Su llamado. Ábrele la puerta de tu vida. Pídele perdón por tu pecado y por tu
incredulidad. Responde a Su amor.
Acéptale como tu único Salvador y Señor.
Empieza a disfrutar de la vida nueva que Dios te ofrece en Jesucristo.
¿Por qué no
hablas con El ahora mismo? Dile, “Señor,
te necesito, me arrepiento de mi pecado y de mi incredulidad. Por favor, sálvame, cámbiame, rompe las
cadenas que me atan, sáname. Gracias por amarme, Gracias por escucharme.”
Bueno,
nos encantaría conocerte y saludarte.
Con toda confianza y sin ningún tipo de compromiso, puedes comunicarte
con nosotros al 964 211242, o mejor aún, visítanos en Centro Cristiano que está
en Castellón en la Avenida Gran Vía Tárrega
Monteblanco, núm. 11.
Con
mucho gusto te atenderemos.
Estamos los días domingos a las
10’00 de la mañana y también a las 12’00, entre semana tenemos grupos de
crecimiento para hombres, mujeres y adolescentes y los viernes a las 8’00 de la
noche. Los sábados hay actividades
para los jóvenes.
Aquí en Centro Cristiano oramos por
los enfermos y necesitados. Dios hace milagros
y maravillas. Dios te ama y tiene un
propósito especial contigo. Disfruta con nosotros de la presencia de Dios, de
la predicación de la Palabra, de las alabanzas y la música. Tenemos actividades para toda la
familia.
Visita nuestra
página web:- www.centrocristianocs.com
Si
necesitas consejería personal, llámanos o visítanos, te ayudaremos. El número de teléfono para recibir más
información es el siguiente: 964 21 12 42.
También
podrás encontrar Centro Cristiano en las
siguientes ciudades de la provincia de Castellón:- en Villa-Real, Oropesa y La
Vall d’Uixó. Búscanos.
Te
invitamos a compartir con nosotros la aventura más grande y maravillosa que
existe:- la aventura de conocer a
Jesucristo y vivir para El.
No lo olvides, ¡cuándo todos te abandonan, Dios sigue
contigo!
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