viernes, 9 de junio de 2017

JESUS SANA AL SIERVO DE UN CENTURION (Lucas 7:1-10)




Vamos a hablar hoy de un milagro de sanidad hecho en la vida del criado de un oficial del ejército romano.
No solo era el criado del centurión sino un buen amigo, ya que el evangelio dice que "le quería mucho".
Por su diligencia y fidelidad había ganado la estima de su jefe.
Pero ahora estaba tan enfermo que estaba a punto de morir.
Para todos, tarde o temprano llegará la hora de morir.
"Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27).
La muerte para el verdadero cristiano significa entrar en el hogar eterno preparado por Cristo en el cielo.
La muerte para el inconverso implica la separación eterna de Dios y de su presencia.
Humanamente hablando no había esperanza para este hombre.
Aparentemente había llegado la hora de morir.
No es bonito ver a un ser querido morir.  El ambiente en casa no es muy alegre.
"El centurión (el oficial militar)  oyó hablar de Jesús".
Había personas que hablaban de Jesús.
Lo que decían producía fe y esperanza.
Jesús había estado en Capernaum antes.
Había echado fuera muchos demonios allí y sanado a muchos enfermos.
Jesús era la única esperanza para este hombre que se encontraba a punto de morir.
Cuando el militar oyó hablar de Jesús envió a unos ancianos, es decir, unos judíos importantes a rogarle que fuera a sanar a su criado
El centurión pensó: "No soy judío,  soy extranjero, soy romano, tendré que buscarme unos intermediarios".
No se daba cuenta que podía tener acceso directo al Señor.
Jesús dijo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar".   No dijo, "todos los judíos", sino  todos” sin acepción.
Hoy en día también las personas piensan que necesitan un mediador para llegar a Dios.
La Biblia afirma que: "Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre."
Los ancianos de los judíos rechazaban a Jesús.
Junto con los sacerdotes acusaban a Jesús delante de Pilato y pedían Su muerte.
¿Por qué ahora buscan la ayuda de Jesús?  Pues, por el interés.  El centurión había sido muy generoso con ellos.
Pero  Dios no hace acepción de personas.
El ser humano sí,  según si nos cae bien o no,  según si comparte nuestra opinión o no, según si su manera de ver las cosas coincide con la nuestra.
¡Cuántas veces hacemos las cosas porque nos conviene, o cuando nos conviene!
Hay que hacer lo que es correcto si nos gusta o si no nos gusta.
Así que, los ancianos de los judíos manifestaban una hipocresía impresionante.
El error de los ancianos fue  basar su petición en los méritos del centurión:
Dijeron a Jesús, “es digno de que le concedas esto;  porque ama a nuestra nación y nos edificó una sinagoga”.   O sea, “es una persona muy buena, muy generosa y merece que vayas a sanar a su empleado”.
Pero la realidad es que nadie merece recibir ningún milagro de Dios.
Desde Centro Cristiano de Castellón, queremos decirte que todo lo que recibimos es por pura gracia;  es porque Dios es amor y nos quiere hacer bien.
Nadie puede merecer la bendición de Dios, nadie puede ganar la bendición de Dios ni comprarla.
Parece que el capitán romano empezaba a entenderlo.
Así que,  luego envió a unos amigos para decirle a Jesús:- “Señor, no te molestes, porque no merezco que entres en mi casa.  Solamente di la palabra,  da la orden y mi criado se curará”.
El centurión reconocía que Jesús tenía autoridad, que  hablaba con autoridad y actuaba con autoridad.
Di la palabra, y mi siervo será sano".
"Una palabra de ti Señor y  mi criado se sanará".
El centurión creía que Jesús podía sanar a su siervo sin ir a verle, ni tocarle, ni nada.
Jesús se maravilló de la fe de él.  La Biblia afirma que "sin fe es imposible agradar Dios."
La fe es la llave que abre un montón de puertas de bendición.
La fe es la llave que abre la puerta de la salvación, de la sanidad, del Bautismo del Espíritu Santo y de los milagros.
La fe en Jesucristo trajo sanidad al que estaba muriendo.
Cuando los amigos volvieron a casa, encontraron sano al siervo.
Fue devuelta la paz a la casa del oficial.
El ambiente de tristeza se cambió en alegría.
Cristo sigue cambiando vidas, sigue cambiando familias enteras.
Sigue trayendo salvación y sanidad.  Cristo hace milagros y maravillas hoy.
Una sola palabra de El puede producir el cambio, puede producir el milagro.
Pero, hay que creer, hay que poner tu fe en Cristo,  poner tu fe en acción y dar lugar a que El actúe.

 Desde  Centro Cristiano de Castellón, queremos decirte que ha llegado la hora de poner tu fe y confianza en Jesucristo para tu salvación eterna.  Ha llegado la hora de la decisión.   La hora que puede cambiar tu destino para siempre.                    

Dios te ama,  Dios te  habla, Dios te llama.   Tú tienes que tomar la decisión.   Te insto a que no le des la espalda a Dios.   Responde a Su llamado.  Ábrele la puerta de tu vida.  Pídele perdón por tu pecado y por tu incredulidad. Responde a Su amor.  Acéptale como tu único Salvador y Señor.  Empieza a disfrutar de la vida nueva que Dios te ofrece en Jesucristo. 

            Habla con Dios ahora mismo.    Puedes decirle algo así, “Señor Jesús, reconozco que he vivido egoístamente, que he vivido sin ti.  Reconozco que te he dado la espalda y  que he sido incrédulo. Me arrepiento de mis pecados y de mi incredulidad.  Ayúdame a tener fe  y  a creer en ti de todo corazón. Por favor, perdóname y sálvame.  Por favor, cumple tu propósito en mí. Gracias por  escucharme y  amarme.”
Bueno, nos encantaría conocerte y saludarte.  Con toda confianza y sin ningún tipo de compromiso, puedes comunicarte con nosotros al 635 425 704, o mejor aún, visítanos en Centro Cristiano que está en Castellón en la Avda.Gran Vía Tárrega Monteblanco, núm. 11.  
Con mucho gusto te atenderemos.   Estamos  los días domingos  a   las 10’00 de la mañana y también a las 12’00 y los viernes a las 8 de la noche.    Los sábados hay actividades para los jóvenes. 
Aquí en Centro Cristiano oramos por los enfermos y necesitados.  Dios hace milagros y maravillas.  Dios te ama y tiene un propósito especial contigo. Disfruta con nosotros de la presencia de Dios, de la predicación de la Palabra, de las alabanzas y la música.  Tenemos actividades para toda la familia. 
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Te invitamos a compartir con nosotros la aventura más grande y maravillosa que existe:-  la aventura de conocer a Jesucristo y vivir para El.
No lo olvides, ¡cuándo todos te abandonan, Dios sigue contigo!